lo hago con agrado pues he acompañado su realización desde el
principio. Fue en octubre del 2007 cuando le propuse a Emilio la
publicación de un libro hecho de viñetas, que es lo que yo conocía de él
por las tiras que había publicado en sucesivos números de la Revista de la
Asociación Española de Terapia Gestalt.
El encuentro con Emilio fue casual en el Goethe Institut de Madrid
donde presentábamos el libro de Annie Chevreux, “El Berlín de Perls”, un
contexto dedicado a las influencias que tuvo Perls durante su vida berlinesa.
Muchos se refieren a este ambiente como la bohemia, un modo de
vivir según valores socioculturales diferentes a los de la sociedad burguesa,
en particular los de artistas e intelectuales.
Mi interés respecto a la línea editorial de la Colección Gestalt estaba,
y sigue estando, enfocado a una reintegración en el presente de las
raíces de la Gestalt. Entiendo que la modernidad, con su creciente individualismo,
institucionalización y burocratización, nos está llevando por
derroteros muy distintos al espíritu vanguardista original que a mi parecer
constituye la esencia de la Gestalt.
Quería avanzar en esa dirección. Charlando con Emilio me dejé
llevar por la afirmación del pensador mediático McLuhan: “el medio es
el mensaje”. En términos de comunicación gestáltica podemos decir: el
“cómo” es mensaje. Sí, quería que la viñeta, el texto ilustrado, el comic, o
comix, fuera mensaje en sí mismo. Emilio estuvo dispuesto a mi propuesta,
pues el género en que se maneja es el del humor gráfico, y a partir de
entonces continuamos hablando sobre el proyecto.
El libro ha superado mis expectativas iniciales. Abunda en la vida
de Perls y en las influencias que tuvo y que canalizó hacia la Gestalt, tomando
como hilo conductor a lo largo de toda su vida lo que a Emilio le
ha parecido que es la manifestación del espíritu dionisíaco.
Pasamos así, en la Colección Gestalt, de la Bohemia a lo Dionisíaco,
captando una corriente que se remonta, en el curso de los siglos, a
los estilos de vida inspirados por el mito de Dionisos. Y desde entonces,
volvemos al presente a través de su escuela filosófica de liberación del
alma por medio de la locura, la embriaguez y el éxtasis. También de los
principios estéticos y artísticos como manifestaciones de la fuerza natural
e instintiva.
Al principio le transmití a Emilio mi interés sobre un libro historiográfico
de la Gestalt, básicamente ilustrado, al estilo de “Gestalt para principiantes”
(de S. Sinay y P. Blasberg). Tuvimos varios encuentros llenos de
interés compartido por el arte, la filosofía y la gestalt, visitamos algunas
exposiciones de expresionistas y dadaístas, tuvimos largas charlas sobre
locura, catarsis, éxtasis y mística, así como sobre sociedad, cultura, gestalt
y vida cotidiana. Periódicamente me tuvo al corriente de sus investigaciones
e impulsos interiores, y tuve también la oportunidad de conocer el
trabajo de Emilio participando en sus talleres de música e improvisación.
Emilio fue entrando en su propio mundo interior, siguiendo el impulso
del artista, encontrando un camino irremediable, y entregándose, dionisíacamente,
a la fuerza creadora que emanaba de sí. Durante un tiempo
no pudimos seguir viéndonos y cuando volvimos a hacerlo constaté que
ya había salido del magma creador, de la opus nigrum, del bosque ritual,
con una obra prácticamente terminada.
Tenía entre las manos una obra dedicada al espíritu dionisíaco de
la Terapia Gestalt. Viendo el manuscrito me sorprendí al encontrar una
interesante narrativa de lo que fue el estilo gestáltico de F. Perls. Como
le ocurrió al mismo Dionisos en el Olimpo y a sus cultos en la Grecia antigüa,
este estilo gestáltico ha sido marginado del discurso predominante
que pretende decir qué es la Terapia Gestalt. Una pretensión muy poco
gestáltica, dicho sea de paso, como ya decían sus propios fundadores.
Así que no sólo aprecio la calidad del trabajo teórico de Emilio sino que
le agradezco que nos devuelva en este libro esa parte nuestra, enajenada,
escotomizada y escondida, por algunos incluso negada, de la historia y el
quehacer gestáltico.
En esta perspectiva de la historia de F. Perls y de la Terapia Gestalt,
encontraremos muchas influencias que, sean filosóficas, sociales, artísticas,
o espirituales, han sido convertidas con el paso de los años en
simples anécdotas, o en parte de la historia políticamente incorrecta de
Fritz. En cualquier caso una manera de desprestigiar y devalorar ese estilo
de hacer gestalt. Emilio les restituye su dignidad. Así que me gusta la
desvergüenza de este libro y espero que sirva de estímulo para despojar
a la Gestalt de la armadura que han hecho los gestaltistas políticamente
correctos al intentar darle carácter.
Quienes alguna vez hayan prejuiciado que esa dimensión dionisíaca
de la gestalt es simplemente informal, anómica, donde todo vale, irres11
ponsable, etc encontrarán aquí que le subyace un fondo coherente, teóricamente
consistente, documentado y, a su manera, profundamente responsable
del caos como medio de ganar la libertad.
Un caos del que no podríamos hablar sin considerar el orden. “El
espíritu dionisíaco en F. Perls y en la Terapia Gestalt” nos presenta un
discurso conceptual basado en la polaridad dionisíaco-apolíneo. Sitúa ambas
actitudes vitales y terapéuticas, resalta sus correspondencias, nos advierte
de las perversiones de ambas, reconoce sus virtudes y nos muestra
con claridad cómo cualquiera de las dos es incompleta. Señala el camino
hacia su integración y trascendencia.
Eso sí, este libro está dedicado sobe todo a explorar el espíritu dionisíaco.
Y lo hace en una revisión de la Gestalt en que nos lleva por lugares
poco comunes, amplía marcos conceptuales acostumbrados, ensancha
limites filosóficos y teóricos. En resumen, reconstruye la estructura
teórico-práctica establecida y resitúa o reincorpora hitos e influencias que
ha tenido el desarrollo de la Gestalt y han sido relegados al fondo. Me entusiasma
esta Gestalt emergente.
El placer, el arte, la catarsis, la liberación, la comunión con los demás,
tienen también calidad de virtud. Emilio nos presenta un Fritz Perls
que buscó toda su vida la forma de sentirse más pleno, más consciente,
más realizado, más humano. Su Terapia Gestalt fue un resultado inevitable.
Posiblemente como lo fue para otros con quien compartió la dicha de
crear y desarrollar este enfoque terapéutico, ¿o es un enfoque filosófico?
¿o es artístico? ¿o político? ¿o sociocultural? ¿o espiritual?
Quiero terminar esta presentación, con la responsabilidad que tengo
como director de esta Colección Gestalt, sugiriéndote lector que no te
prives de anotar, pintar y colorear en este libro. Disfrútalo y sé feliz.
Organiza una fiesta de presentación
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