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miércoles, 11 de mayo de 2011

Jacobo Grinberg experimentó la visión EXTRAOCULAR con niñ@s, y eso le costó la vida(VIII)



Conocí al profesor Grinberg en un congreso de sincretismo en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid en 1990. Adquirí el libro "La construcción de la realidad" y "Los Chamanes de México", donde investigó el misticismo indígena. Jacobo estuvo también trabajando con la afamada chamana Pachita. Todos sus más de 50 libros publicados están agotados y descatalogados, pero su hija los puede hacer llegar a cualquier parte del mundo desde YOSOMOS

Fue (¿o es? ) un científico mexicano interesado en la práctica de la consciencia y la espiritualidad, que desapareció junto a su mujer misteriosamente en 1994 y no se les ha vuelto a ver. Desarrolló a través de la experiencia de meditación con niños (entre 8 y 10 años) lo que él llamó la visión extraocular, no eran niños prodigios los practicantes, la única característica que tenían en común era el rechazo a la disciplina del colegio. El doctor Fernando Rivera, de España, en una ponencia que presentó en homenaje a Grinberg titulada Reflexiones acerca de los patrones geométricos de la naturaleza, señala: 

“Los niños situaban su mente en el cerebro de otro ser y leían como quien arrastra un disco duro a su ordenador, y eso le costó la vida (...)Y en esto se basó también Grinberg para llegar a descubrir la Dermoóptica. Entrenar los pulpejos de los dedos de los niños para percibir a distancia sin necesidad de tocar objetos. Llegar a percibir debajo de la tierra una serie de elementos escondidos para que los niños dijeran qué era lo que estaba enterrado, a qué profundidad y cuál era la forma del objeto escondido nada más que con el entrenamiento de estas estructuras”. 

Bueno, sobre la suerte de su desaparición hay todo un catálogo de hipótesis.





Jacobo experimentaba así la visión extraocular:
"Le pedí que se relajara, que se concentrara en su
respiración y que tratara de visualizar una luz
entre su entrecejo. Después tomé sus manos y
le pedí que trazara una línea luminosa y la
interconectara entre sus manos y su entrecejo.
Coloqué sus palmas sobre una fotografía en

color después de vendarle los ojos y la niña me 
describió la información de la fotografía.

"Le pedí que se relajara, que se concentrara en su respiración y que tratara de visualizar una luz en su entrecejo. Después tomé sus manos y le pedí que se imaginara una línea luminosa interconectando sus dedos con su entrecejo. Coloqué sus palmas sobre una fotografía en color después de vendarle los ojos y la niña me describió la información de la fotografía   

1 comentario:

  1. Muy interesante!!! Me encanto la frase "Quien no sea capaz de aprender de un niño, no debería tener hijos".

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