Bienvivido y Bienvivida

BUENO, EN EL FONDO, FONDO, FONDO, NO EXISTIMOS.

jueves, 19 de mayo de 2011

EDUCACIÓN INFANTIL PARA ADULTOS (PARTE X) Miguel Ángel Mendo

 Entrevista a Miguel Ángel Mendo  
Blog de Mendo
Escritor y psicólogo
·      Te publicaron más de veinte títulos para niños, ¿cómo es que elegiste el público infantil?
La verdad es que yo me siento muy próximo a una mentalidad infantil, sobre todo con respecto al universo de la fantasía, a su capacidad de traspasar los límites de esto que llamamos realidad, entrar en ella, salir, dejarla plantada en cualquier momento, modificarla con la imaginación como si fuese de plastilina… Es una delicia poder jugar con esa rígida realidad adulta, alterar sus leyes físicas y perceptivas (leyes que a cada siglo que pasa se demuestra que son y siempre serán obsoletas, según avanza la Física y el resto de las ciencias). Para eso la escritura es ideal. Puedes construir mundos y personajes a tu gusto, o que resulten provocativos, inquietantes, sorprendentes, y situaciones cotidianas inéditas, futuristas, inimaginables… Creé a un sabio que fabricaba agujeros instantáneos, a un mago que hipnotizaba a los consumidores en anuncios de televisión, a un pintor que pintaba en el aire, a una niña que podía deshinchar todo lo que no le gustaba, a un niño que se guiaba en la vida por el olfato, a una niña que cualquier cosa que decía, con solo nombrarla, aparecía ante sus ojos… Retos a la imaginación que había que desarrollar, dotarlos de una cierta coherencia, hacer creíbles, para tratar de conseguir que este mundo sea un poco menos previsible y más amplio y generoso.
Lo cierto es que también suelen gustarles estas historias a los adultos que se atreven a leerlas, pero los niños las viven. Con la misma intensidad, o más, con la que yo las he escrito.
·      ¿Qué tipo de métodos se emplearían en una escuela donde los adultos fueran los alumnos y los profesores niños?
Creo que la mejor respuesta a esta pregunta es leerte un cuentecito que escribí ya hace unos años. Como sé que ninguna editorial lo va a publicar, lo pondré en la red. Pero te lo adelanto aquí:
No me gusta el cole.

Ni un pelo.

Me gusta patinar.

Si pudiera patinar UN DIA en clase de sociales...

Me gusta cantar y bailar como una loca.

Pero a mi profe no le gusta. Y él es el que manda.
¿Por qué el más aburrido es siempre el que manda?

Tengo que estar sentada. Horas y horas. Porque a él le gusta estar horas y horas sentado.
Quieren que sea vieja.

¡No soy vieja! ¡Y nunca seré vieja!
Como mi abuela Matilde, que es mi amiga.

No me gusta despertarme así. Todos los días.
Como mi papá, que se va a su trabajo enfadado.
¿Es que piensan que el cole es mi trabajo?

¿Y si el cole fuese una discoteca?
¿O una pista de circo?
¿O un hotel para turistas?
¿O una fábrica de hacer pasteles?
¿O una emisora de televisión?
¿O una casa de los horrores?
¿O un museo de esculturas? ¿O de relojes? ¿O de fotos antiguas?
¿O un barco que viaja al Polo Norte?
¿O un hospital de ancianitos?


¿Y si los profes aprendieran a jugar?

¿Y si pudiéramos inventarnos entre todos lo que hacer cada día?

No quiero aprender a ser mayor.
No quiero ser como ellos.
Siempre igual.

Que aprendan ellos otra vez.
Que aprendan mejor.

Que aprendan, por lo menos, a estar contentos.
Y a inventarse cosas.

·      La frescura, la sinceridad y la inocencia de los niños, ¿los convierte en notables filósofos naturales?
Bueno, yo no diría filósofos. Diría personas. Personas con infinita curiosidad, sin rigideces ni estereotipos, sin miedo a perder su prestigio, con ganas de aventurarse en cualquier tipo de incursión mental, creativas hasta el límite, no adscritas a ningún tipo de doctrina, sin temor a la censura, sin tener que hacerle el agua a personajes, personajillos o instituciones, capaces de implicarse personalmente en aquello que piensan y sienten… En fin, todo ese tipo de características que debería tener alguien que se llamase filósofo.
Creo que los niños tienen pre-configurada en sus genes la mejor capacidad filosófica de la humanidad, así como el resto de las actividades memorables, las mejores habilidades que el hombre ha ido desarrollando a lo largo de su estancia en la Tierra. Eso que llamamos “arcanos”. El lenguaje, la capacidad de hablar y entender un idioma en tan breve tiempo, sería, por ejemplo otro arcano, pre-configurado en su mente desde el mismo nacimiento, como demostró ya hace décadas el profesor Chomsky. Pero hay muchas más disposiciones innatas (alquimia, ingeniería, medicina, poesía, gastronomía, danza…) que en sus juegos simplemente re-descubren, actualizan, entrenan, y que van desplegando y haciendo crecer en paralelo a su progresivo desarrollo cerebral y glandular, que hasta los catorce años más o menos no es completo. El problema es que según van creciendo les vamos cortando casi todas esas pre-habilidades con la excusa de que se adapten a lo que hay y aprendan a temer la supervivencia. Para el final de la adolescencia ya los tenemos adecuadamente domesticados.

·      ¿Representan los niños la punta de lanza de la evolución?
Indudablemente. A tenor de lo que acabo de decir, el niño es lo mejor de la humanidad de cada momento, porque es el que recoge en su genética y en su disposición operativa la posibilidad de desarrollar lo más evolucionado de nuestros logros históricos, incluyendo por supuesto los ultimísimos, los más recientes.
Que puedan convertirse al ser adultos en genios y sabios que nos enseñen y nos guíen en el futuro, depende de la educación que les demos. Si los consideramos potenciales puntas de lanza de nuestra evolución, proyectos maravillosamente pre-parados para que el ser humano dé lo mejor de sí mismo, avanzaremos. Si los consideramos como papeles en blanco o como arcilla informe que hay que modelar, ignorantes de todo y vacíos de ningún contenido, avanzaremos a paso de tortuga, como en la actualidad.

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