Fragmento del libro de Claudio Naranjo
Comentario del libro: El signo de la libertad
SABIDURÍA ORIGINAL, PUREZA, ESPONTANEIDAD, CONTACTO CON EL
MUNDO ANIMAL.
Uno de los aspectos del ser infantil es el que ya hemos
cubierto, es la bondad, sabiduría innata y natural, una jerarquía de valores
traídos al mundo – más bien que extraídos de él-, una atención o el estar
“plenamente aquí”, que por derecho de nacimiento le corresponde al hombre, pero
que con frecuencia pierde. Cualquier valor que otorgue el niño es inseparable
de nuestra esencia, es un valor original de nuestra naturaleza; la niñez es
entonces una expresión impoluta de estos valores, una manifestación abierta de
los niños.
De esta manera, el niño representa algo que el hombre es en
su origen, su raíz, su ser intrínseco, una esencia que la cultura disfraza,
anula. Y la actitud del niño es tener confianza en su naturaleza, dar por
sentada la bondad de la vida, y no asumir que la existencia es un mal que debe
ser corregido mediante el esfuerzo, que es la actitud del héroe frente a la
misma.
En el sentido de naturaleza impoluta, sabiduría original,
confianza en los mecanismos universales y espontaneidad, lo más parecido al
niño es el animal, y encontramos que los animales tienen una importancia
significativa en los libros en que el personaje central es un niño (…) El niño
de nuestros cuentos entiende a los animales porque se siente como hermano de
ellos, no se ha alienado de su naturaleza biológica. El niño, como animal, es
una criatura de la naturaleza, es la naturaleza misma. La naturaleza actúa a
través de él, su actitud lo impulsa más a amoldarse a las disciplinas ascéticas
del héroe que intenta derrotar sus debilidades y necesidades personales.
Otro aspecto del niño de nuestros cuentos es su tamaño pequeño, menor que el del adulto; subdesarrollado, frecuentemente subestimado, ignorado, silenciado o rechazado por el mundo de los adultos por su ingenuidad, infantilidad, irrelevancia o "locura". El niño implica divinidad en la pequeñez, lo divino en lo invisible, el bien supremo disfrazado de inutilidad, la sabiduría disimulada bajo la estupidez.
...el legendario rey Arturo se cree un muchacho ordinario, pero su verdadero ser se revelará mediante el hecho de que puede sacar la espada de la piedra donde estaba incrustada, sin esfuerzo. Este hecho en sí es un ejemplo del poder de lo pequeño, el poder que reside en ser, no en hacer. Es el mismo tema de cenicienta; la zapatilla se ajusta perfecta y fácilmente a su pie, y ninguna clase de esfuerzo hará que se ajuste a ningún otro pie.
...aquel que renuncia a su propio conocimiento y sigue a su animal puede encontrar su paz.
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