Los niños derrochan energía porque no se esfuerzan. Están poniendo corazón todo el tiempo en sus actividades.
El trabajador de corazón es una persona que no se cansa haciendo su tarea. Transcurre su jornada laboral como pez en el agua. Podrá tener problemas económicos, de salud o conyugales, pero no le impiden disfrutar del momento presente. Se entrega totalmente a lo que hace. Cree que todo está en lo que uno es. Considera al otro como un aliado más que como un competidor. Tiene enemigos, pero los respeta. El trabajador de corazón se rinde a la vida y de esa forma se siente como llevado en brazos. Se deja mecer, se deja subir y bajar, porque cree que es así el movimiento de la existencia. No es perfecto y eso le hace más auténtico; no es codicioso y eso le hace rico. Su codicia es mantener ese estado. A su lado se puede respirar mejor, te contagia su alegría.
Este perfil existe, sobre todo, en personas sencillas, que no hacen alarde de ello y que no han hecho ninguna formación especial para conseguir ese estado. Sí que lo han cultivado de alguna forma porque las cosas se desarrollan con un mantenimiento constante. También se puede aprender.
Llevo asomándome a su ventana un par de días
ResponderEliminarLe encontré por casualidad, a través de la escritura de un amigo.
Me tiene tan emocionada!!!
Me encantan sus imágenes, me encanta su poesía sonora en el dibujo!!
Me agrada su mirada serena y su forma tan clara de explicar ..
Me gusta su alegría.
( le confieso que quizás el primer impulso fuera encontrarme a Gurdjeff en el encabezado, acepte mi pequeña contribución:
http://www.youtube.com/watch?v=chHbjxclmL0
Hola Inés, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarExquisita la música de Gurdjieff, me ha emocionado. La sutileza del maestro te devuelve a la vida desnuda, sin adornos, ufffff. Gracias.