Los doctores Juan Gérvas y Mercedes Pérez Fernández critican una medicina imprudente y sin límites que provoca miedo al futuro, al envejecimiento y a la muerte, a una sociedad drogada con medicamentos muchas veces innecesarios.
"La búsqueda de la salud por la salud es un síntoma de mala salud pues se deja de disfrutar de la vida", apuntan. Consumimos salud pero nunca estamos satisfechos.
No hay que medirse el colesterol nunca, salvo en caso de problemas en las coronarias. Los chequeos médicos son perjudiciales y obedecen a intereses comerciales. Cinco TACs equivalen a la radiación de la bomba de Hiroshima, imagine los que se chequean anualmente. Por si acaso va a morir usted mañana, sea feliz hoy.
Somos personas que hacemos lo que decimos. Hemos sido funcionarios leales pero muy rebeldes, hemos sentido que el dueño era el paciente y que el gerente era un intermediario. Nunca hemos recibido a los representantes de la industria farmacéutica, nunca hemos ido a congresos que cuesten más de 50 euros. Si hemos dicho que no hay que poner la vacuna de la gripe, no la ponemos, pero al mismo tiempo hemos sido misericordiosos, si un paciente nos la pedía se la poníamos. Nuestros compañeros nos adoran porque hemos tenido piedad con ellos como con nosotros mismos. No somos tan duros como para ser fanáticos. Nunca hemos sido arrogantes, sino elegantes. Hay que respetar la dignidad de los pacientes, de los compañeros y la nuestra propia. Tenemos una recompensa científica y profesional ya que al final de la vida seguimos creando y teniendo eco.
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