Bienvivido y Bienvivida

BUENO, EN EL FONDO, FONDO, FONDO, NO EXISTIMOS.

jueves, 17 de febrero de 2011

El hombre de la pipa (Parte IV)


Ilustraciones y comentarios de Emilo Blázquez

El resto de los hermanos estaban esperándolos asomados a la boca de la cueva, y cuando los vieron venir los arrojaron una cuerda. El hermano mayor ató en primer lugar a su hermana, que fue recibida por sus hermanos con grandes muestras de alegría, pero cuando el mayor les dio una voz para que le arrojasen de nuevo la cuerda, los hermanos hicieron oídos sordos. El joven entonces les gritó:



-¿Es que no queréis subir la cantidad de cosas bellas que aquí os traigo?
Ellos volvieron a arrojarle la cuerda y el joven ató a su cabo a otra de las doncellas, que fue asimismo izada. Los hermanos quedaron al verla prendados de su hermosura, y comenzaron a discutir entre ellos acerca de quién tenía más derecho a quedársela. Pero el mayor volvió a gritarles desde la sima:
-Bajad de nuevo la cuerda, que aún quedan cosas bellas.
Le lanzaron de nuevo el cabo e hizo subir a otra de las doncellas. Así hizo una vez y otra, hasta que solo quedaba una por ascender, que era la que lo había saludado a la entrada de la cueva. Cuando iba a atarla le dijo la doncella:
-No te fíes de tus hermanos. Toma este anillo y póntelo; cada vez que le des vueltas en tu dedo pensaré en ti. Algún día nos casaremos tú y yo.
El joven tomó el anillo, ató a la doncella a la cuerda y dejó que la izaran. Una vez arriba los hermanos volvieron a preguntar:
-¿Queda algo más allá abajo?
-Sí-respondióles el mozo-, aún queda el oro, la plata y las piedras preciosas.
De modo que una y otra vez izaron los fardos de todo cuanto de valor pudo encontrar el joven en la cueva. Finalmente pidió que le echasen la cuerda para que lo izaran a él mismo, pero ellos, en lugar de socorrerlo, se marcharon con doncellas y tesoros abandonándolo a su suerte.

Este abandono forma parte de la segunda etapa del anti-héroe. Hay dos fases en el desarrollo del buscador: la inicial de expansión o encuentro con la luz del alma y la segunda de contracción o de oscuridad. La pérdida de la doncella en este cuento es la entrada a la fase oscura. Aunque parezca que es una desgracia, no es más que una etapa necesaria de incubación antes de completar el viaje.

Nuestro joven se sentó en el suelo, sacó su pipa y consumió varias cazoletas de hierba, hasta que logró calmarse y reflexionar con serenidad. Pensando en lo sucedido, llegó a la conclusión de que la doncella que le entregó el anillo y le advirtió de la perfidia de sus hermanos había obrado con sinceridad, y mientras pensaba en ella iba dando vueltas al anillo sobre su dedo. De repente se le apareció un Yin que dijo estar a sus órdenes.
-Súbeme a la superficie –le pidió al muchacho.
Y al instante se encontró en el borde de la sima, donde poco antes estuvieran sus hermanos. Pero de éstos no quedaba ni rastro: habían ensillado a toda prisa sus mulas, cargándolas con las riquezas y doncellas de la cueva, y se habían apresurado a emprender el viaje de regreso a la casa paterna. La mezquindad de esta acción turbó tanto el ánimo del muchacho, que le determinó a tomar un camino opuesto al emprendido por sus hermanos.
  

En este abandono de los hermanos hay un cambio de sentido en la vida del  anti-héroe  que le conduce a un aislamiento necesario   para su transformación. Ahora solo puede confiar en su magia, simbolizada por el anillo. 
                                            CONTINUARÁ

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