Asistimos al derrumbe del horario, el segundero (as de bastos) ha tomado el poder y no deja parar a la flecha horaria ni 5 minutos para contemplar el ambiente. El as de bastos les imprime a las otras flechas su propio ritmo: tac, tac, tac... ya no habrá cuándo ni antes ni después. El segundero ha pasado a ser primero por la fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Buzón de ideas