Los amarillos son esas personas que nos encontramos, fruto del azar, en una convención, en un curso de convivencia o en una rehabilitación de un hospital, y nos convertimos mutuamente en aliados, como si nos conociéramos de toda la vida. El escritor Albert Espinosa en su libro Mundo amarillo cuenta cómo dieron el nombre de amarillo, fruto del azar, a estos personajes. Espinosa padeció la amputación de una pierna y otros órganos por un cáncer que le tuvo hospitalizado mucho tiempo. Así lo cuenta él:
"El Mundo Amarillo es el nombre que he puesto yo a una forma de vivir (...) Cualquier mundo se rige por reglas, pero el M.A. no las tiene (...) En el hospital encontré muchos amarillos (...) Pensaba que eran amigos, almas gemelas, personas que ayudaban, ángeles de la guarda. No acababa de comprender por qué un desconocido que hasta hacía dos minutos no formaba parte de tu mundo, después se convertía en parte tuya, te entendía más que cualquier persona de este mundo y notabas que te ayudaba de una manera tan profunda que te sentías comprendido e identificado (...) Recuerdo un día en el hospital en el que estábamos hablando dos o tres pelones (enfermos de cáncer) sobre los "compañeros de habitación". Alguno los definía como ángeles; otro los definía como amigos. Y yo y otro chico dijimos: son amarillos. Nos salió a la vez (...) Yo creo mucho en el azar y en la suerte; pienso que el azar es mucho más poderoso que la suerte (...) Hay amigos que te dan amistad, hay amores que te dan pasión, sexo o amor, y finalmente hay amarillos".
Proverbio chino: El momento elegido por el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos.
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