En la revista Palante, año 1978, publiqué estas irreverentes viñetas sobre el Antiguo Testamento:
El mito de Adán y Eva refleja muy claro el quedarte con el culo al aire. La vida te pone cíclicamente en situaciones de máxima vulnerabilidad existencial. Y mi pregunta es, ¿por muchas vestimentas caras que nos pongamos, no estamos siempre con el culo al aire?
Lo de ponerle delante una D a Eva lo hice para confabularse con Dios y Adán, ambos llevan D, pero ahora pienso que Eva al revés se lee Ave y es más libre así.
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