Mi nieto Aitor (tiene 1 año) me está enseñando ahora los jardines públicos para niños. Es como meterte en un pequeño manicomio y embriagarte de la fascinante locura infantil. Ayer he coincidido en un jardín con otros dos padres y sus hijas, con lo cual, un señor que pasaba por allí con su perro, dijo intensamente asombrado que era la primera vez que veía en dicho parque a tres hombres cuidando a niños sin que hubiera ninguna mujer.
Curiosamente el día anterior terminé unas viñetas para la revista de gestalt RTG, con el título de "La madre en el hombre", inspirado en lo que decía Jung del ánima, la imagen arquetípica del eterno femenino en la psique masculina. Uno de los padres me confesaba que él le dio el primer biberón a su niña y que compartían la maternidad juntos, porque la madre no pudo darle teta. Mi nieto me enseña a sacar también esa parte materna, pues la vida me lo ha puesto ahí, para unir los contrarios nieto-abuelo, y también los contrarios masculino-femenino, que los alquimistas muestran como puerta esencial para lograr un estado de más unidad consigo mismo.
Para saber más sobre la androginia ver el siguiente post.
Emilio Blázquez
Pues a mi me parece mas una cuestión de estereotipos que de realidades de género, pero sin debatir conceptualmente digo que me parece excelente! Creo firmemente que el los hombres DEBEMOS intervenir pro-activamente en la crianza... Cuando tenga mis hijos espero poder desenvolverme con ellos como su madre, así hay dos padres disponibles.
ResponderEliminarHola Cristian, en todas las corrientes de conocimiento interno se habla de la relación de lo femenino y lo masculino en uno mismo. Osho decía que los hombres al tener en reserva la parte femenina, cuando la muestra supera a la mujer. Y cuando la mujer saca el masculino, al tenerlo en reserva, puede amedrentar al hombre más fiero. Venimos de un hombre y de una mujer, no es extraño que necesitemos combinar ambos géneros.
ResponderEliminarSaludos y gracias por dejar tu opinión, siempre bien recibida.