¡GRITA! (57)

Serge Wilfart en su libro Encuentra tu propia voz, ha elaborado un método de trabajo que es, a la vez, terapia y acompañamiento espiritual. La voz no sólo se origina en la garganta,  sino que involucra a todo el cuerpo. Denuncia esta vocación de e-ducar, de "conducir fuera de", o sea, de reprimir el grito y la voz propia del niño. 

"... la presión social y, más concretamente, la educación, no persiguen otro objetivo que matar la agresividad en lugar de utilizarla. En la mayoría de los casos, el educador teme la violencia del grito del niño. Sueña con sofocarla, aplastarla, destruirla, matarla para siempre en justa compensación: también a él lo aplastaron un día, y por no haber madurado, no deja que se desarrolle en otros una voz armonizada y adulta.

El grito del bebé, del niño de edad temprana, es en verdad violencia bruta que pide ser aceptada, respetada y administrada de tal forma que un día se convierta en una fuerza madura, al servicio de un instrumento corporal y mental bien construido"

Dibujo de Maitena y fotografía

Wilfart señala que la estimulación de la educación hacia el éxito y a la vez la represión del fracaso genera en el pequeño aprendiz una retención de la respiración con las consecuencias de inspirar cada vez menos y cada vez peor, porque hay que hacer deprisa y bien lo exigido.

"Ahora bien, desde el instante en que, bajo el aguijón de la competición escolar, intelecto y afectos dirigen solos el desarrollo individual, podemos estar seguros de que se siguen caminos sin salida que desvían al ser de su "vocación" (del latín vocatio, acción de llamar, derivado a su vez de vox, vocis, la voz). Bajo la influencia de la institución educativa, el niño pasa del conocer (su etimología es "nacer con") al saber, del ser al parecer.
Así pues, aprender de nuevo a vivir para él equivaldrá a partir en busca del animal humano que fue en sus primeros años y que habría evolucionado mucho desde entonces: su programa de individuación consistirá en matar las falsas apariencias para recuperar el sentido y el sabor de la verdadera vida, en poner la inteligencia al servicio del animal reestructurado y reconstruido en su verticalidad, en reconciliar finalmente en él al animal y el animal inteligente para hacer de los dos uno solo"